Como hemos podido comprobar, en menos de una década, el tiempo que transcurre desde que aparecen The Beatles, hasta la aparición del Heavy Metal, el Rock ha evolucionado de forma asombrosamente rápida, pariendo estilos sin cesar, hijos de la constante inquietud de las nuevas generaciones de músicos y, como no, de la presión de las discográficas, cuyo imperioso deseo por ganar dinero, las hace buscar hasta debajo de las piedras para encontrar la novedad. Sin que dejen de tener vigencia los viejos estilos como el blues y el Rock and Roll, que son la base de toda creación posterior, la aparición del movimiento hippy, el rock ácido, los “guitar heroes”, el pop, la multiplicación de la distorsión en las guitarras, el rock sinfónico y sus espectaculares puestas en escena, las rupturas con patrones establecidos de Frank Zappa y el Art-Rock, la ambigüedad del Glam, y la agresiva reivindicación del Heavy Metal, así como muchas bandas a caballo entre estilos, abre el abanico de posibilidades hasta extremos nunca imaginados. Los deseos de escandalizar, tanto visualmente como con letras contestatarias y agresivas, generan la constante fusión de estilos, sin apenas historia en esos momentos. El glam se confunde con el pop y el pre-Punk. Los hippies se identifican al mismo tiempo con el blues, con el folk ó con las guitarras desafinadas. Resulta difícil apreciar donde está la línea que separa el rock sinfónico con el resto de estilos, al ser este un compendio de todos. Así pues, entramos en la década de los ’70 con el panorama musical enormemente ramificado... entramos en la era moderna del Rock.

Con la aparición de las tres bandas pioneras del Heavy Metal, Led ZeppelIn, Deep Purple y Black Sabbath, una oleada de bandas surgen tanto en Europa como en América, siguiendo esta corriente. En América es de obligatoria mención
Aerosmith. La historia comienza en Sunapee (New Hampshire) donde
Anthony Joseph Perry y
Steven Tallarico ponen en funcionamiento el embrión de la banda que más sentido ha dado a la palabra escándalo. Para empezar, antes de tan siquiera grabar su primer trabajo, expulsaron al bajista
Ray Tabano en medio de un concierto, a puñetazos. Con su primer single “Dream On” de 1973, daría comienzo la carrera de este símbolo del Hard Rock americano.
Blue Oyster Cult comenzaron su andadura en 1972 con su homónimo primer trabajo en la CBS, como
Aerosmith, y su visita a nuestro país en 1975 con su show de rayos láser y escenarios giratorios dejó petrificados a roqueros y profanos.
Mountain, de
Leslie West y
Felix Pappalardi (posteriormente afamado productor) sería otro de los tres primeros combos americanos en seguir la senda más metálica del Rock.
Mientras
Alice Cooper continuaba en su afán de darle el toque Glam-teatral al Rock, los chicos de
KISS se preparaban para arrasar los escenarios. Serían el israelí, nacido en Haifa,
Chaim Witz (más conocido por
Gene Simmons) quien junto al neoyorkino
Stanley Eissen (
Paul Stanley) fecundaron el óvulo de
Kiss, una banda a la que llamaron
Wicked Lester. Junto a
Peter Criscoula (
Peter Criss) y
Paul “Ace” Frehley grabaron su primer trabajo en 1973, y mantuvieron un ritmo, en sus primeros años de dos discos al año.

Al mismo tiempo la escena británica se movía quizás aún con más vitalidad. Bandas como
Free, con los pies enraizados en el blues, buscaban ese sonido duro setentero que les diera el éxito, pero fue en 1970 cuando
Uriah Heep iniciaron con su
“Very ‘eavy, very ‘umble”, un largo camino de satisfacciones. Sin pausa, pero sin prisa, resultó una influencia destacada para generaciones posteriores. Con mucha más melodía que los americanos, y un gusto exquisito por las letras poéticas, que encontraron detractores entre los críticos de su tiempo, marcaron el camino a seguir, junto a Purple, de las bandas de Hard Rock británico. De
Ken Hensley,
David Byron y
Mick Box son composiciones tan destacables como “Wake Up”, “Salisbury” ó la universal “Easy Livin’”, del excepcional “Demonds and Wizards”.
Phil Mogg,
Andy Parker y
Pete Way son los fundadores de
UFO. Al igual que
Uriah Heep, grabaron su ópera prima en 1970, titulada como la banda,
“UFO”. Tras sus tres primeros discos entraría en la banda el guitarrista con el que cosecharon sus más grandes éxitos, el genial
Michael Schenker, proveniente de los alemanes
Scorpions. Fue en esta época, del ’74 al ’80, el momento álgido de su carrera, cuando crearon hits como “Doctor Doctor”, “Rock Bottom” y un largo etcétera de clásicos que han quedado para la historia.

Dentro de la ola de bandas de Hard Rock británicas hay que mencionar a
Queen. Si bien su sorprendente creatividad y facilidad de adaptación a los tiempos les hizo acercarse a multiples estilos, títulos como
“Queen” (1972) ó
“Sheer Heart Attack” (1974) son de auténtico Rock Duro. Posteriormente se acercaron al pop, a la música de baile (si alguien se sorprende, que escuche el
“Destiny” de
Kiss), e incluso llegaron a crear una nueva etiqueta propia, la Opereta Pop. En 1971 iniciaba su andadura el bajista irlandés
Phil Lynnot. Junto a
Eric Bell y
Brian Downey dieron un toque de melodiosa agresividad al Rock irlandés con su banda,
Thin Lizzy. El aire de grupo provinciano que siempre tuvieron, sin duda les ayudó a cuajar entre el público británico y europeo. En Dublín un joven guitarrista amante del blues y del estilo Hendrix, comenzaba a abrirse paso en el mundo de la música
Gary Moore grabó su primer trabajo en 1973,
“Grinding Stone” era el título. Tan solo otro disco de
Gary Moore en la década de los setenta,
“Corridors of Power”, y uno con
Thin Lizzy. Su época gloriosa llegaría en los ochenta. Mientras todo esto sucedía en U.S.A. y la
“pérfida Albión”, el resto del mundo tambien se movía.

En Alemania grababan su
“Lonesome Crow” los psicodélicos
Scorpions. Creados en 1965 en su escuela de Hannover, tras la edición de su ópera prima y el sorpresivo éxito de ventas, se vieron obligados a hacer una gira que les llevó hasta Japón donde, literalmente, arrasaron. Los hermanos
Schenker,
Michael y
Rudolf, junto al vocalista
Klaus Meine, editaron dos cd’s más, de marcado carácter instrumental y progresivo, que no sinfónico, pero tras la marcha de
Michael a
UFO, y la entrada de
Matthias Jabbs, guitarra,
Fracis Buchholz, bajista y
Herman Rarebell, baterista, el sonido se endureció notablemente, acercándose más hacia los sonidos hard-rockeros británicos.
AC/DC... palabra clave para la historia del Heavy Metal. Ningún grupo de nuestro estilo ha abierto más puertas, con el nivel sonoro de sus guitarras. Aceptados por millones de fans, incluidos muchos alejados de las corrientes rockeras, pero afines a los ritmos de la banda,
AC/DC fueron capaces de rescatar el Rock and Roll más clásico practicado en los ’50 y ’60 y metalizarlo sin que perdiera un ápice de autenticidad. Fundados en la ciudad de Sydney por los hermanos
Young,
Angus y
Malcolm, junto con
Mark Evans,
Phil Rudd y el carismático
Bon Scott, grabaron su primer redondo en el año 1974, titulado
“High Voltage”. Tras
“TNT” y “Dirty deeds done dirt cheap” regresan al país natal de los hermanos Young, donde sus electrizantes shows, con la sorprendente energía de
Angus Young, disfrazado de colegial, y sin parar de correr de un lado a otro todo el concierto, dieron popularidad y fama mundial al grupo.
“Powerage”,
“Let There Be Rock” ó el increible directo
“If You Want Blood, You’ve Got It”, probablemente el mejor de la historia, ayudaron a convertir al grupo en referencia indiscutible del Heavy mundial.

En 1974 y con motivo de la salida al mercado del décimo trabajo oficial de
Deep Purple, se estrenaría en la formación una “joven promesa” de la voz, dispuesto a hacer olvidar el trabajo de
Ian Gillan. Su nombre era
David Coverdale y grabó grandes clásicos como su estreno,
“Burn” ó el fantástico directo
“Made in Europe”. Serían cinco años de dura adquisición de experiencia (si, si, dura; porque habría de enfrentarse a
Blackmore, personaje de dudosa simpatía) hasta el
“Powerhouse” del ’77, momento en que iniciaría su propia aventura.
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