20 diciembre 2005

9 - LOS 80 EN U.S.A. - I -


Allende nuestras fronteras, las bandas surgidas al amparo de la “New Wave...” arrasan, y sirven de sólida base para que nuevos músicos busquen una vuelta de tuerca más. Tomando como referencia el Heavy Metal británico de nuevo cuño, iba a surgir una nueva banda, con un sonido nunca oído antes. Se trata de Metallica, formados inicialmente por James Hetfield, Lars Ulrich (cuya familia emigró a U.S.A. para que el nene se hiciera tenista), Dave Mustaine y Cliff Burton. Con esta formación publicaron en 1983 “Kill’em All”, sorprendiendo a todos con una distorsión de guitarra y una contundencia en la base rítmica que supuso un cambio radical en el concepto de Heavy Metal. Las melodías eran importantes, pero tanto como la velocidad o la contundencia de la batería. Para su segundo trabajo “Ride the Lightning”, prescindieron de Dave Mustiane, muy problemático a causa de las drogas, e incluyeron a Kirk Hammet, proveniente de Exodus. A la par que Metallica en San Francisco, surgía a miles de kilómetros de distancia, aunque sin cambiar de país, otra banda llamada Anthrax (New York). Es interesante constatar que, mientras Metallica se sentían cerca de la “New Wave...”, Anthrax estaban influenciados por la escena hardcore y punk neoyorkina, surgiendo de los ambientes underground de la “Gran Manzana” como directos herederos de Ramones, Plasmatics o GBH y Exploited. Sin embargo ambas bandas se convirtieron en pioneras de un mismo estilo musical, el Thrash Metal. En el verano de 1981 Scott Ian y Dan Lilker formaron el grupo, junto a Charlie Benante y Dan Spitz. Extrajeron el nombre de una publicación titulada “Cow Disease” y en 1983 tenían listo su primer trabajo “Soldiers of Metal”, en el que cantaba Neil Turbin. Para el siguiente disco, su E.P. “Armed and Dangerous”, ya contaban con Joey Belladona a la voz. Sin embargo y, a pesar de su inmediato éxito, a Scott Ian le parecía que tocaban muy blando y continuó de forma paralela su gusto por el Hardcore-punk formando Stormtroopers Of Death (S.O.D.). Dan Lilker deja el grupo para formar Nuclear Assault. Dave Mustaine, expulsado de Metallica, forma Megadeth (que se convirtió en pieza fundamental del movimiento thrasher). Igualmente debemos mencionar a Slayer como pieza clave de ese cuarteto de visionarios radicales. De hecho, Slayer fue durante mucho tiempo lo más salvajemente extremo que podías oír, y sus seguidores son los que acabaron generando estilos como el Death Metal, del que hablaremos más adelante. Y así comienza a rodar un estilo que iba a ser la base fundamental de todo el metal extremo de hoy en día. La consolidación definitiva del estilo se daría gracias a toda una legión de bandas entre las que destacan Testament, Metal Church, Death Angel, Hirax o los mencionados Exodus (la exbanda de Kirk Hammet). Mientras, en Europa, se contagia el radicalismo del movimiento, y, si bien en un principio quieren vendernos a los alemanes Helloween como los reyes del Thrash Metal europeo, no es más que Heavy Metal clásico acelerado (Speed Metal de altísima calidad), estilo que acabó dando origen a las bandas de Power Metal, con base rítmica de doble bombo. Sin embargo el Thrash Metal arraigo fuertemente en Europa, y, sobre todo en Alemania, surgieron una ristra de bandas dispuestas a dar su propio sello de identidad al Metal más radical. Entre estos pioneros encontramos a Kreator, Rage, Destruction, Sodom o Grave Digger. Con el paso del tiempo, la frontera que antaño separaba el Heavy Metal y el Thrash resulta cada vez más difusa, probablemente debido a la sorprendente radicalización de estilos, y hoy en día escuchamos los primeros trabajos de Grave Digger o Rage entendiéndolo como simple y puro Heavy Metal. El ambiente satánico que rodeó a algunas bandas de los setenta, como Led Zeppelin, Black Sabbath ó Alice Cooper tuvieron su continuación en Mercyful Fate, banda danesa que apoyándose en una sólida base heavymetalera, creaba historias relacionadas con la muerte, el infierno o Satán. “Melissa” (1983) y “Don’t Break the Oath” (1984) o King Diamond (su vocalista de “doble voz”) en solitario con “Fatal Portrait” (1986) y “Abigail” (1987), crearon el ambiente cultural perfecto para que, en los noventa, los “adoradores” de lo oscuro crearan su propio estilo musical, el Black Metal, de semejante temática, pero musicalmente muy alejada de los sonidos maestros. Perdiendo casi totalmente la melodía, las voces que se buscan no han de estar basadas en poderosas y limpias cuerdas vocales, sino que han de representar los sonidos del diablo, para intentar transportar al oyente hasta el mismísimo infierno. Y es que, los británicos Venom, originalmente bien considerados dentro de la hornada de bandas del nuevo metal británico, iban a dejar atrás a las bandas de Thrash para alcanzar un punto de radicalización sonora inimaginable tan solo un lustro antes. Con su brutal “Black Metal” (1982) abrieron un camino que siguieron en el ’85 con “At War With Satan”. Otro de los culpables de esta brutalidad musical son Witchfynde (U.K.) que, al igual que Venom, comenzaron respetando cánones más “civilizados” para acabar satanizando su música hasta extremos por entonces inimaginables. Esta fiebre se extendió sobre todo por el norte de Europa, donde podemos encontrar a Bathory entre los pioneros en las frias tierras suecas [“Bathory” (1984), “The Return” (1985), “Under the Sign of the Blackmark” (1986)]. Otro tanto se puede decir del Death Metal, estilo que no es más que el endurecimiento del Thrash Metal, buscando extremar sonidos aunque sin abandonar la contundencia rítmica y alguna pequeña línea melódica. Napalm Death, Incantation, Morbid Angel, Carcass son algunas de las bandas que hicieron de este estilo, la alternativa para los que veían el Thrash Metal demasiado cerca del Heavy Metal tradicional, pero pasaban de la parafernalia blackmetalera.

Sin embargo los ochenta fue la gran época del Rock con melodía. El A.O.R. encontraba en Survivor un nuevo indiscutible pilar (tras Toto, Journey y Foreigner) sobre el que sostenerse y el Rock Sinfónico lo encontraba en Asia. Si Jim Peterik y compañía editaban su primer trabajo en 1980, “Survivor”, Asia lo hacía en el ’82, al que seguirían “Alpha” en el ’83 y “Astra” en el ’85. Geoffrey Downes, Steve Howe, Carl Palmer y John Wetton se convirtieron casi inmediatamente en una de las piezas fundamentales del Rock Sinfónico, aunque en ocasiones muy cercanos al A.O.R. Las bandas británicas (Maiden, Judas, Leppard, Saxon, etc.) arrasaban; los alemanes Scorpions, tras su “Blackout” (1982) y, sobre todo, “Love at First Sting” (1984), se convirtieron en los más grandes, pero la llegada de Motley Crue (Ca.) y Twisted Sister (N.Y.) dieron un necesario empujón a la música americana, que se había estancado en cánones setenteros. En 1978 se publicaba el primer vinilo de los norteamericanos Quiet Riot. Inicialmente formados por el frontman Kevin Dubrow, el batería Drew Forsyth, Kelly Garni al bajo y el guitarrista Randy Rhoads, que tras la grabación de “Quiet Riot II” recibe la “llamada” de Ozzy y alza el vuelo. Debido a los cambios de formación y el fallecimiento de Randy en accidente de aviación (1982), no se publica su exitoso “Metal Health” hasta 1983, momento en el que Carlos Cavazo (guitarra), Rudy Sarzo (bajo), que ya estaba en “QR II”, y Frankie Banalli (batería) dan estabilidad a la banda. “Metal Health" se coloca nº 1 de ventas en U.S.A. convirtiéndoles por un tiempo en los más grandes.
En 1981 se editaba en América el primer disco de Dokken titulado “Breaking the Chains”, aunque no fue hasta tres años después que les llegó el éxito de la mano de su segunda entrega “Tooth and Nail” (1984). Entre medias Don Dokken metió coros en el “Blackout” de Scorpions, no en vano, Don Dokken vivía más en Alemania que en U.S.A.. Incluso “Breaking the Chains” fue producido por Dieter Dierks. Mick Brown (batería) y George Lynch (guitarra), formaban el primer line-up junto a Juan Croucier (bajo), aunque este fue sustituido definitivamente por Jeff Pilson a partir de “Tooth and Nail”. Motley Crue echan mano del Glam, movimiento en auge en Los Angeles, del que Frank Ferrano (Nikki Sixx) era ferviente seguidor. Tras montar la banda, a base de chicos problemáticos, jóvenes con traumas diversos, publican en 1982 su “Too Fast For Love”. Tommy Lee, Mick Mars y Vince Neil son el resto de los componentes de una banda de calidad musical, al menos inicialmente, más que discutible, pero que suponen un soplo de aire fresco que el público agradece. A partir de aquí serían protagonistas de un escándalo tras otro. Vince Neil llegó a estar en la cárcel por ser el responsable de un accidente de tráfico en el que murieron 3 personas.