El Rock Andaluz liderado por
Smash y
Triana, y el Rock Callejero, con
Leño como máximo exponente, que tuvo su evolución y su caldo de cultivo en la juventud radical vasco-navarra.
Smash fueron fundados a finales de los ’60 y tuvieron una especial habilidad para fusionar el blues y el Rock and Roll con el flamenco autóctono. Influenciados por bandas como King Crimson, Camel ó Pink Floyd, pero tambien por los pioneros del R’nR’ de los ’50. Este estilo, que se dio en llamar progresivo siguiendo las modas internacionales, tuvo su continuación en
Triana, la mejor banda de Rock Andaluz de todos los tiempos. Comenzaron su andadura el 14 de abril de 1975, con la publicación de
“El Patio”, sin duda su mejor obra, aunque su repercusión a corto plazo fuera igual a cero. Apenas si vendieron cien copias en el primer año, sin soporte publicitario alguno, tan solo el boca a boca logró que su arte se fuera extendiendo a fuerza de una indudable calidad. Pero, tras
“Hijos del Agobio” (1977), el éxito les llegó con
“Sombra y Luz” (1979), momento en que fueron reconocidos, tanto ellos como su estilo.

Con el éxito de
“Sombra y Luz”, las discográficas se lanzan a la búsqueda de clones de
Triana, y en este mismo año publican sus primeros trabajos
Alameda,
Mezquita y
Medina Azahara. Si bien
Alameda eran prácticamente una copia de
Triana, aunque de calidad,
Mezquita tenía tintes ligeramente más roqueros [
“Recuerdos de mi Tierra” (1979) y
“Califas del Rock” (1981)], y
Medina Azahara lo mismo. Aunque es innegable lo que las tres bandas le deben a
Triana, no es menos cierto que cada uno acabó evolucionando por distintos caminos. Tras la muerte de
Jesús de la Rosa, por accidente de coche en la N-I, en octubre del 83,
Triana se disgregan dejando el camino libre para los demás, que, hasta ese momento, habían sido motivo de constantes comparaciones.

En cuanto al Rock callejero, tras el pelotazo de
Leño, surgiría otra banda que, al amparo de los maestros, iba a marcar el camino a seguir por cientos de bandas nacionales en las siguientes décadas...
Barricada. Formados en 1982 por
El Drogas,
Boni,
Sergio y
Mikel graban su primer disco en 1983, patrocinados por el ex punkie/empresario
Ramoncín. Tras fallecer
Mikel por un derrame cerebral (según un rumor-leyenda, se electrocuto durante un concierto bajo la lluvia) entran en la banda
Fernando y
Alfredo, con lo que ya está completa la formación definitiva del grupo. A mitad de camino entre el Heavy y el Punk, su Rock Callejero arrasa, al encontrar respuesta entre el público de ambos estilos.
Todo lo que pasaba fuera se veía reflejado en nuestras bandas con un par de años de retraso.
Obús, junto a
Barón Rojo, son los reyes del Heavy Metal en castellano, similar a lo que ocurría con Judas y Maiden a nivel internacional. Ganan el IV Trofeo Villa de Madrid, por lo que consiguen grabar en 1981 su extraordinario
“Prepárate”, al que seguiría otra obra maestra al año siguiente,
“Poderoso como el Trueno”. Los terceros en el podium del Heavy nacional fueron
Panzer. Perseguidos por una absurda leyenda negra que les atribuía cierta mala suerte, editaron su primer disco
“Al Pie del Cañón” en 1982. Su tema “Perro Viejo” les aupó a lo más alto, siendo además la primera banda de Heavy Metal nacional en usar teclados. El siguiente disco
“Sálvese Quien Pueda” (1983) fue incluso distribuido en Europa, al igual que ya sucediera con
“Volumen Brutal” o
“Metalmorfosis” (
Barón Rojo) y
“El Que Más” (
Obús).
Sobredosis alcanzaron cierta popularidad en una época en la que nadie miraba la calidad del producto. Los heavies éramos como un gran clan, allí donde hubiera un concierto, estábamos todos. La afluencia era masiva incluso para las bandas nacionales de menos nivel. Todos los pueblos organizaban el obligado concierto de Rock en sus fiestas. En el Rockódromo de la casa de campo se hablaba de cien mil personas el día de Shy, Barón Rojo y Gary Moore, aunque el Palacio de los deportes lo llenaron multitud de bandas internacionales y festivales. Los mismísimos
Panzer llegaron a hacer durante la gira veraniega de
“Toca Madera” (1985) 35 conciertos en un mes... (¡increíble pero cierto!) tocando en sesiones de tarde en un pueblo, y noche en otro.

Por otra parte la televisión pública programaba actuaciones semanales de Rock en sus espacios musicales, e incluso monográficos sobre algunas bandas.
Iron Maiden tocaron tres temas en “Tocata”, cuando vinieron a presentar
“The Number of the Beast” con su nuevo vocalista
Bruce Dickinson (ex Samson). Tambien disfrutaron de largas apariciones especiales
Obús,
Barón Rojo,
Sangre Azul,
AC/DC o
Kiss.
Salvador Domínguez, legendario guitarrista de Los Canarios o Miguel Rios formó
Banzai, editando su primer disco
“Banzai” (1983) y el segundo
“Duro y Potente” (1984). Para este último contó con la voz del excantante de
Tigres,
J.A. Manzano, y
Danny Peyronnel, argentino que había estado con los británicos
U.F.O. En 1985,
Salvador y los hermanos
Peyronnel formarían
Tarzen con idea de lanzamiento internacional (incluso hicieron una gira norteamericana taloneando a
Twisted Sister). El mismo año apareció
“No Hay Piedad Para los Condenados”, de
Santa, formación en la que se encontraban
Jerónimo Ramiro,
Miguel Angel Collado y, sobre todo, la carismática
Azucena que, con su potente voz de la escuela Joplin, se erigió en símbolo para las féminas de nuestro país. En 1985 ganaron el VIII Trofeo Rock Villa de Madrid los chicos de
Sangre Azul.
Carlos Raya y
J.A. Martín (guitarras),
Luis Santurde (batería),
José Castañosa “Lili” (voz) y
Julio Díaz (bajo y ex Santa) practicaban un Hard Rock de tintes americanos, siguiendo los pasos de bandas como Dokken. Con su primer gran redondo,
“Obsesión” (1987), entra a la voz
Tony, consiguiendo un rotundo éxito, sobre todo gracias a la mítica canción “Todo Mi Mundo Eres Tú”, ó “Invadiendo Tu Ciudad”. Su sonido, mezcla de dureza y romanticismo a partes iguales, alcanzan los corazones de heavies y no heavies.
“Cuerpo a Cuerpo” (1988) les abre las puertas de las radios comerciales y con
“El Silencio de la Noche” (1989) se convierten en indiscutibles superventas. Pero algo sucede, en su mejor momento, inexplicablemente no son capaces de responder a las expectativas o, quizás, a las presiones de un entorno dispuesto a manipular el sonido del grupo para “hacer caja”. El resultado de todo esto... la banda se diluye.
Júpiter o
Niágara intentaron lo mismo, pero con nulo éxito.
Asfalto se había convertido en una potente banda de Rock Sinfónico. Surgían unos efímeros
Alcaudón que, aunque respaldados por su gran calidad, no lograron que sonara la flauta.
Angeles Del Infierno si lo lograron con
“Pacto con el Diablo” (1984), colocándose durante unos añitos entre los más grandes.